Si al escuchar ritmos orientales, brotan las sensaciones y las emociones.
Si algo incontenible se sublima y se destaca en tu pecho.
Si tu cuerpo al son de la sensualidad de la música, los velos y los brillos, se enciende, busca salirse de si mismo e ir al encuentro de aquello que le promete la plenitud, no te reprimas, ni te detengas.
Es la expresión de la vida, la energía femenina que te convoca y simplemente indica su presencia. Nada más ni nada menos que estar vivo.
Es la magia de la alfombra extendida sobre las arenas en la noche con aroma a rosas, los sonidos del laúd, el encanto de las tiendas y la sensualidad latente de las mil y una noches en las venas
Es entrar más allá del tiempo y despertar los sueños adormecidos.

Hebe del desierto  (2017)

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